Su uso ha ganado mucha fama en los últimos años debido a su gran eficacia y calidad. Básicamente consiste en unos discos de turba que se encuentra muy comprimida.

Al humedecerlos, estos discos se rehidratan e incrementan su tamaño, transformándose en sacos de sustrato muy esponjosos haciéndose más profundo el pequeño agujero de la zona superior.

Son unos sistemas perfectos para plantas que se encuentran en la etapa de sacar raíces o enraizamiento. Son muy sencillos de utilizar, por ello pueden usarse por personas que aún no tienen mucha experiencia en el mundo de la plantación.

Dentro de ellos debe de introducirse las semillas o esquejes e intentar que estén húmedos. Lo más aconsejable es introducir los Jiffys en un clonador hasta lograr que nazcan las pequeñas plantas.

Una vez que las plantas llegan a tener el tamaño apropiado, deben de transplantarse a una maceta compactando un poco la tierra de su alrededor con las manos.

No hay que sacar las plantas de los Jiffys ya que las raíces de las plantas pueden traspasar la red que los recubre fácilmente. El tejido que envuelve el sustrato y le proporciona su forma, es un elemento de gran transpirabilidad para que las raíces penetran sin ningún tipo de problema y que se degrada en el suelo cuando haces el transplante.

Las medidas de los sistemas Jiffys que aparecen van a corresponder con tamaño una vez hidratado.

Modo de uso:

1. Coloca los Jiffy en una bandeja o plato.
2. Añade agua suficiente hasta que se hidraten.
3. Espera durante unos 10/15 minutos hasta que aumenten de tamaño.
4. Elimina el exceso de agua.
5. Después mete el esqueje o la semilla que elijas.
6. Guárdalos en un invernadero o esquejero.
7. Cuando surjan las primeras raíces es el momento transplantar a una maceta con tierra.
8. El material que recubre el Jiffy es biodegradable por lo que lo puedes meter entero